Convive-Fundación Cepaim lamenta profundamente y condena los hechos acaecidos el viernes 24 de junio en el intento de salto de la valla en Melilla, en el que más de un centenar de personas lograron entrar en la ciudad autónoma. Se produjeron más de 100 heridos entre inmigrantes y policías, habiendo fallecido decenas de personas en territorio marroquí.
Nos solidarizamos con las víctimas y trasladamos nuestras condolencias, apoyo y solidaridad a las familias y a los amigos y amigas de las personas fallecidas y heridas, tanto inmigrantes, como a la policía.
Queremos recordar que no se trata de números, no se trata de personas violentas, sino de seres humanos que atesoran un largo sufrimiento en sus piernas, en sus brazos y en sus almas, fruto de largos trayectos por África desde sus países de origen hasta alcanzar el monte Gurugú en el norte de Marruecos a la espera de poder entrar en esa Europa soñada, buscando una vida más digna y en muchos casos protección internacional al huir de conflictos bélicos o por ser perseguidos por diferentes motivos. Se trata de seres humanos atrapados por la desesperación y por la ausencia de respuestas, no de personas violentas.
Debemos recordar que tanto a España, como a Marruecos les vincula su adhesión a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, no siendo admisibles, ni justificables actuaciones que atenten contra los mismos.
Ante estos graves acontecimientos, desde Fundación Cepaim solicitamos la inmediata apertura de una investigación independiente que aclare este drama humano y evite el enterramiento en fosas anónimas de las personas fallecidas, sin la correspondiente identificación, realización de autopsias y entrega de los cuerpos a sus familiares en origen.
Pedimos el acceso a las oficinas de asilo en nuestra frontera sur de las personas de origen subsahariano, a las cuales no se les permite en la actualidad la apertura de su expediente de solicitud de protección internacional.
Reiteramos nuestra permanente solicitud de vías seguras y con todas las garantías en el acceso al procedimiento de protección internacional.
Denunciamos los efectos perversos que supone la externalización de nuestras fronteras y de nuestras obligaciones hacia terceros países.
No podemos tolerar que terminemos culpabilizando a los muertos de lo acaecido, personas sin derechos, sin identidad, sin futuro.