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¿Qué es ser #chicadepueblo? Mujeres del área de Daroca se unen para compartir y hablar de desarrollo rural en clave femenina

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Coloquio Chicas de Pueblo Fundacion Cepaim en Zaragoza y Comarca Daroca1
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El pasado martes 19 de diciembre de 2017 una parte del equipo de trabajo de la Fundación Cepaim en Zaragoza se trasladó ayer hasta la localidad zaragozana de Daroca, capital de la Comarca Campo de Daroca, para realizar una jornada de sensibilización, en clave femenina,  en el marco del proyecto Nuevos Senderos bajo el atractivo título Qué es ser #chicadepueblo.

El pasado septiembre, coincidiendo con el paso por el reto “Entre todxs 12 millones” de pedaladas por las personas refugiadas, Fundación Cepaim y Comarca de Daroca firmaron un convenio de colaboración para trabajar por el desarrollo del medio rural. Este acto, por tanto, sirvió como oportunidad para reunirse de nuevo con la institución comarcal.

Agradecemos mucho a  Mayte Vílchez, agente de Empleo y Desarrollo Local y Yolanda Anadón, coordinadora del Servicio Social de Base de la Comarca el interés mostrado por el trabajo realizado desde el proyecto Nuevos Senderos en el medio rural.

Pilar Bernadó, coordinadora del centro de Fundación Cepaim realizó una introducción sobre el importante trabajo que se está llevando a cabo desde la fundación a través de proyectos incluidos en diferentes áreas como igualdad y no discriminación, desarrollo rural, o acogida y protección internacional. Rocío, Hind y Jade, técnicas del área de acogida y protección internacional de Fundación Cepaim acercaron a las personas asistentes a la jornada en qué consisten sus proyectos y la necesidad de los mismos.

Rocío Gregorio, técnica del proyecto Nuevos Senderos, explicó la metodología de trabajo que se utiliza desde todos los centros de la Fundación Cepaim en el territorio nacional para conseguir que familias del medio urbano logren trasladarse a vivir al medio rural. Hizo hincapié en la importancia del trabajo en red, por supuesto entre los técnicos y técnicas que desarrollan el proyecto pero también entre administración pública, empresas, asociaciones… así como la sensibilidad por el medio rural con la que se trabaja desde el área de Desarrollo Rural de Fundación Cepaim.

Acto seguido, y en torno a un rico café y pastas de comercio justo, comenzó una tertulia en la que perfiles muy diferentes de mujeres que viven, trabajan o se sienten de un pueblo dieron su visión de lo que para ellas es ser #chicadepueblo. Fue una jornada de carácter informal con un tono muy positivo lo que permitió que todas se explayasen con sinceridad y compartieran sus inquietudes más personales; por supuesto, no faltaron las risas ni la emoción escuchando a  mujeres que mostraron el gran coraje que caracteriza a las chicas de pueblo.

Ghizlane, Amanda, Carolina, Yolanda, Teresa, Mariluz, Rocío, Hind, Jade, Mayte, Pilar, Rocío y Felipe, también chico de pueblo, aportaron algunas de estas reflexiones:

Decir que los inmigrantes deben ir a vivir a un pueblo es una mala forma de entender el medio rural y el proceso migratorio

No me gusta oír que el pueblo se nos queda pequeño, porque eso no es cierto y es muy despectivo

Yo quiero a mi pueblo, pero yo estaba agobiada de vivir allí; admiro profundamente a quién decide quedarse a vivir en él

Vivir en un pueblo me ha permitido adoptar un rol mediador entre los vecinos y los pastores inmigrantes que han llegado con sus familias

A mí me gusta más vivir en un pueblo que en la ciudad, aquí me siento muy cómoda con la gente, te conocen y es más fácil que confíen en ti

Mis padres emigraron y ahora yo soy inmigrante. Yo quiero vivir aquí, tenemos de todo. Lo más complicado es el transporte

Valoro mucho la tranquilidad de vivir en un pueblo, estoy preparando oposiciones y puedo hacerlo perfectamente desde casa

Cuando nos venimos a vivir a un pueblo algunos lo ven como un retroceso, como que nos hemos venido a menos. Y esto es una decisión personal, yo valoro la calidad de vida que tengo aquí

Por amor tomé la decisión de trasladarme de un pueblo muy grande del sur de España con un trabajo fijo a un pueblo pequeño. No es mejor el pueblo que la ciudad o viceversa, lo importante es desarrollar nuestra vida donde nosotros decidamos

El trabajo crea oportunidades y es ahí donde las personas valoramos y decidimos donde nos quedamos

A mí no me gusta que se vea la experiencia en el medio rural con una visión negativa, si no como una oportunidad de crear tu propia vida

Somos muchos los que vivimos en una ciudad pero nuestra vida social se limita al espacio rural, bien porque trabajamos aquí o bien porque pasamos prácticamente todo nuestro tiempo libre. Nos sentimos de pueblo y vivimos con los valores que nos han transmitido nuestros padres

Salí para formarme, emigré para especializarme pero mi familia y mi pueblo me hicieron replantearme la vuelta muchos años después. Ahora trabajo en el territorio, me he reinventado y cada día siento el apoyo de las personas con las que trabajo

Aquí tenemos muchos recursos que muchas veces ni utilizamos. He aprovechado la falta de empleo para formarme y lo he hecho desde aquí sin ningún problema, la escuela de adultos y la tele formación han sido básicos

Trabajar en los pueblos es trabajar en comunidad; son las mismas personas las que te van demandando necesidades

El autoempleo femenino ha aumentado considerablemente en nuestra Comarca, siendo una pieza clave las mujeres inmigrantes

 

Para finalizar la jornada y tras agradecer la asistencia por parte del equipo de Fundación Cepaim en Zaragoza, la coordinadora Pilar Bernadó pidió a las participantes que terminasen con una palabra. Fueron éstas:

COMUNIDAD, LIBERTAD, RIQUEZA, CONVIVENCIA, TRANQUILIDAD, SIMILARES, DESMITIFICACIÓN, DESARROLLO, ESPERANZA, CONFIANZA, FELICIDAD, REALIDAD, GRACIAS.

 

 
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