La experiencia es enriquecedora en muchos sentidos. Gracias a esta cesión y las actividades que se van a organizar en los próximos meses, los usuarios y usuarias ocuparán parte de su tiempo libre aprendiendo el origen de los alimentos, otras formas de abastecerse y será sin duda una manera de recuperar el vínculo con la tierra y la naturaleza.
Estas acciones de huerto urbano y comunitario son experiencias de buenas prácticas que venimos realizando en diferentes territorios como Molina de Aragón, Beniaján (Murcia) o Teruel y ahora Zaragoza y, gracias a sus buenos resultados, intentaremos seguir implantando en todos nuestros centros territoriales.