ENTREVISTAMOS A CLARA GUILLÓ GIRARD, EXPERTA EN RSC E IGUALDAD DE OPORTUNIDADES SOBRE LA RESPONSABILIDAD DE LAS EMPRESAS EN LA PREVENCIÓN DE LA TRATA DE SERES HUMANOS CON FINES DE EXPLOTACIÓN SEXUAL
Estrenamos nueva edición de nuestro boletín con la interesante entrevista que hemos realizado a Clara Guilló Girard, dedicada al papel de las empresas turísticas en la prevención de la trata de personas y la explotación sexual.
En materia de investigación ha publicado variados e interesantes escritos con relación al tráfico de mujeres con fines de explotación sexual y prostitución. Destacamos entre sus publicaciones la Guía publicada en 2007 y que tiene como título “Manual para un turismo en igualdad de oportunidades sin explotación sexual”, que además podéis encontrar en nuestra sección Biblioteca en el apartado de guías.
Hoy contaremos con su apreciada visión y experiencia para facilitar a las empresas del sector turístico, claves para fomentar un TURISMO EN IGUALDAD DE OPORTUNIDADES Y SIN EXPLOTACIÓN SEXUAL.
P. ¿Por qué es necesario que hablemos de un turismo en igualdad? ¿De qué situación partimos?
R. En primer lugar es necesario saber que el turismo creció globalmente un 5% en 2013. Es uno de los sectores de mayor crecimiento del mundo, alcanzando 1.087 millones de turistas viajando según el último Barómetro de la Organización Mundial del Turismo (OMT, 2014). En este contexto hay que poner una mirada más atenta en los nuevos receptores y en los países que están “en desarrollo”, donde el turismo es –o puede llegar a ser- una industria imprescindible. En este contexto, la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres es un componente necesario de cualquier proceso de desarrollo sostenible, en cualquier país, incluyendo el nuestro.
El turismo, como cualquier actividad social y como cualquier sector económico, no es neutro desde la perspectiva de género. Esto implica varias cosas. En primer lugar, las mujeres y los hombres no compartimos las mismas posiciones dentro del sector en ningún lugar del mundo.
De acuerdo con los datos de la OMT el turismo es un sector con más mujeres que hombres en su base laboral más baja, con diferencias salariales importantes por sexo, y en donde la dirección de hoteles, agencias de viajes, etc, muestra una clara sub-representación de directoras; además, las mujeres están prácticamente ausentes de los Consejos de Administración de las empresas turísticas. Sabemos por numerosos estudios e investigaciones que el hecho de que existan menos mujeres en los órganos de decisión supone una menor presencia de cuestiones sensibles a los temas de género, por lo que la segregación sexual y la falta de mujeres directivas tienen en el sector una primera cuestión negativa de partida.
Por ejemplo, en España ninguna empresa del sector turístico tiene el distintivo de igualdad del Ministerio. Por su parte, desde la perspectiva del turista, los viajes con motivación sexual son una realidad asombrosamente común. Para algunos viajeros se trata de un deseo vago, disfrazado en la idea del encuentro “fortuito” y de la aventura veraniega; y para otros, es la motivación principal del viaje. En cualquier caso, hay una ausencia de consciencia sobre su impacto y su responsabilidad.
Rara vez se enlaza “turismo sexual” con “explotación sexual” de personas, y el primero no puede existir sin el segundo. Casi en su totalidad los turistas sexuales no se ven a sí mismos como tales, y muchos de sus encuentros están relacionados con el contexto vacacional, el racismo que les hace diferenciar a las poblaciones locales, y el consumo de drogas y alcohol. No siempre es el dinero el medio de pago y eso contribuye a que el turista no quiera verse como explotador, (el intercambio entre un turista y una persona del lugar visitado es sexo por dinero, comida por ejemplo en restaurantes, ropa, regalos, u otro tipo de beneficios como viajes, papeles, favores administrativos, etc.). Del mismo modo, en el sexo con menores puede casi descartarse que exista motivación pedófila, pagan a cambio de relaciones con menores sin que sientan especial atracción por ellas y ellos. De acuerdo con la asociación ECPAT, alrededor del 60% serían turistas ocasionales, el 35% recurrentes, y el 5% pedófilos. Convencen -y se autoconvencen- de que los niños y niñas son más maduros que en España o que las mujeres tienen otras características (más salvajes, más sexuales, más promiscuas, etc.). No lo consideran censurable y se escudan y se des-responsabilizan al decir que estas conductas 'están permitidas y no son ilegales' en el país que visitan.
Si hay que pensar en motivos para hablar de este tema, la protección a los derechos de la infancia y los derechos de las mujeres son sin duda las principales razones. Además, en el ámbito internacional se considera a España como uno de los primeros países consumidores de turismo sexual del mundo.
P. La guía que titula turismo en igualdad de oportunidades sin explotación sexual hace referencia a determinadas claves para identificar un turismo en igualdad y sin explotación sexual, y algunas ideas y herramientas para llevarlas a cabo. ¿Qué responsabilidad tendrían las empresas del sector turístico en la prevención de la trata y la explotación sexual? Y ¿Qué medidas concretas deben asumir estas empresas?
R. Turismo responsable y turismo sostenible son dos conceptos que exigen la implicación activa de la industria turística, de responsables políticos, y también del/la turista con el lugar que visita.
El sector (incluyendo el hotelero) ha mostrado públicamente preocupación sobre este tema desarrollando códigos éticos, declaraciones y protocolos, así mismo las ONGs y la ONU han proporcionado marcos de acción sobre este tema, así que en primer lugar, todas las empresas tienen la responsabilidad de conocer la legislación al respecto y este tipo de instrumentos. En segundo lugar deberían aplicar una política igualitaria hacia sus propios empleados/as, especialmente respecto al salario, porque la pobreza es la principal causa de la explotación sexual. Además esto ayuda a cambiar mentalidades sexistas y fortalecer los derechos de las mujeres y los derechos humanos en general.
En tercer lugar deben adscribirse a los códigos éticos que tiene el sector, comprometerse en campañas permanentes de sensibilización visibles al público, aplicar protocolos prácticos para aplicar en sus establecimientos, empresas o negocios, y finalmente trasladar todos estos criterios a sus proveedores. No olvidemos que los que se lucran con la explotación sexual de personas son muchos: intermediarios, taxistas, operadores de turismo, proxenetas, productores o difusores de pornografía infantil, dueños y/o administradores de negocios donde se propician contactos, restauradores.
En cuarto lugar las empresas pueden informar y sensibilizar a la población sobre el turismo sexual, y cómo pueden enfrentarse al mismo, y también a sus agentes locales y proveedores. En esta línea es buena idea formar al personal de las empresas (plantilla de agencias de viajes, transportes y hoteles, que, de una forma u otra, está en contacto con los clientes; guías locales; personal de atención al cliente y agentes de contratación), y también apoyar a las víctimas como parte de su política de responsabilidad social corporativa (RSC) mediante algún tipo de programa o en colaboración con ONGs u organismos locales.
En último lugar, las empresas deberían aplicar parte de sus políticas de RSC a generar desarrollo, igualdad y sostenibilidad en las comunidades locales, para que no sean tan dependientes del turismo, garantizando que las mujeres tienen un total acceso a los beneficios que su actividad genera, y evaluar el impacto de la actividad empresarial respecto a este tema.
P. La Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC) lanzó la campaña internacional "Di no al turismo sexual: comprar sexo no es un deporte! Brasil 2014-2016”. Según la coordinadora de la campaña, Teresa Ulloa, el objetivo principal es hacer visible el papel del turista sexual en la cadena de los delitos en materia de trata de mujeres y niñas, especialmente aquellos con fines de explotación sexual. ¿Qué acciones se pueden poner en marcha desde las empresas con la clientela? ¿Qué impacto y beneficios tendría para las empresas este tipo de campañas?
R. Ya hemos mencionado al principio por qué los turistas sexuales tienden a no considerarse así mismos como tales, por lo que la información y la sensibilización deben de situarse a la cabecera de cualquier iniciativa. Una empresa puede informar a los turistas mediante catálogos, trípticos, carteles, videos, billetes, páginas web u otros.; y dar información sobre lo que implica el turismo sostenible y responsable. Al mismo tiempo puede aplicar estos principios en sus cláusulas de contratación de servicios ya que ayuda a que el consumidor esté alerta.
También debe de mostrar firmeza y señalar con claridad que se trata de un delito.
Definitivamente una empresa debe denunciar todos los casos de turismo sexual y explotación sexual infantil de los que tenga conocimiento. El turismo sexual es un delito y, como tal, debe ser combatido. Visibilizar el fenómeno y dar información al respecto es un elemento clave para poder acabar con él.
El silencio y la complicidad son aliados en este tipo de situaciones, porque mantienen a los turistas sexuales en la comodidad del anonimato.
Los beneficios para cualquier entidad son inmediatos, para empezar está situando a la empresa en el siglo XXI, tiene un impacto en la comunidad de destino y de origen ayudando a de-construir estereotipos, señalando que la igualdad es un principio social y corporativo irrenunciable. Favorecerá igualmente su RSC y su política de calidad.
P. Normalmente las acciones están vinculadas a los hoteles con presencia internacional, y se han desarrollado algunos códigos éticos donde las empresas visibilizan que la cadena hotelera lucha contra la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, en especial con relación a la infancia, ¿Crees que esto es suficiente? ¿Qué implicación deberían tener otras empresas del sector turístico como agencias de viaje, portales de turismo en internet, etc.?
R. Los Códigos éticos son imprescindibles y su adscripción ayuda a los consumidores a tomar decisiones sobre empresas más o menos comprometidas con los derechos humanos y de las mujeres.
Claramente no son suficientes. Por ejemplo, en el imaginario individual de los turistas la fantasía del sexo está asociada a las vacaciones, y muy especialmente a los destinos “exóticos”. Este imaginario está construido por la propia industria turística y sus promociones, por lo que se debería empezar cuidando las imágenes y los estereotipos que se transmite en la publicidad y en la propia información de los viajes. Muestran a las mujeres como parte del paquete turístico que se está ofreciendo, como una parte más del catálogo de productos a consumir en un viaje. Estas imágenes se traducen en actitudes (sexistas, racistas, paternalistas…) que permean las relaciones que se establecen. Se debería promocionar la zona turística de una manera responsable, respetando los ambientes locales, naturales y culturales, y alertando del impacto de turismo no responsable. Además, la industria debe claramente comprometerse en una campaña pública, visible y permanente contra el turismo sexual, con especial atención (pero no única) hacia niños y niñas, (lo que incluye la formación a sus plantillas en este tema).
Finalmente, España es en sí mismo un destino de consumo de prostitución, donde hay numerosas víctimas de trata, y todo lo anteriormente dicho se puede aplicar también a cómo nuestro país es promocionado. En este sentido las administraciones públicas españolas deberían tener un mayor compromiso en relación al turismo y la prevención de la trata dentro de nuestras propias fronteras. Todas las empresas deberían apoyar el desarrollo de una legislación contundente sobre la explotación sexual e instrumentos eficientes para su aplicación
P. ¿Y el resto de las empresas que no pertenecen al sector, crees que tienen alguna responsabilidad con relación a la prevención de la trata aquí en España?
R. Un elemento clave de la RSC es el compromiso por la igualdad entre mujeres y hombres y el respeto y fomento de los derechos de las mujeres y niñas. En este sentido las empresas pueden, en primer lugar, favorecer estrategias de recursos humanos que apliquen -al menos- la legislación vigente sobre igualdad, algo que sin duda mejorará el clima laboral, de innovación y de producción de sus organizaciones.
En segundo lugar, deberían desterrar las prácticas machistas de su cultura e imagen corporativa, que afecta no sólo a sus trabajadores/as, sino principalmente a sus clientes, proveedores, y comunidad en la que se insertan. La celebración de negocios en clubs de alterne, y el acompañamiento de prostitutas para clientes es una práctica todavía extendida dentro del modelo de negocios. Esto debe ser desterrado de la práctica corporativa. Una práctica favorable sería eliminar determinados viajes como incentivos o premios a la productividad sustituyéndolos por viajes solidarios o viajes con proveedores asociados al desarrollo sostenible o la igualdad de oportunidades.
Finalmente, las empresas tienen un gran poder en la elección de sus proveedores: agencias de viajes, compañías aéreas, de alquiler de coches, hoteles… Pueden contratar solo aquellas que estén comprometidas con campañas contra el turismo sexual y la explotación sexual, y que además hayan puesto en marcha políticas de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres (y que por tanto cuentan con un distintivo).
P. En España las organizaciones que intervienen en los negocios de trata de personas con fines de explotación sexual son penalmente responsables de acuerdo al art. 177 del Código penal, ¿se ha aplicado esté artículo? ¿Conoces a empresas que hayan sido condenadas por este delito?
R. Lo cierto es que esta infracción de explotación, en vigor desde diciembre de 2010, es prácticamente imposible de probar sin el testimonio de las víctimas, que están aterrorizadas, y muchas veces temen por represalias hacia sus familias, o incluso porque desconocen que han sido víctimas de un delito y pueden ser protegidas. Muchas veces lo único que se ve son los delitos contra los derechos “de los trabajadores” hacia los locales de prostitución, y se invisibiliza por completo la situación de cautiverio, coerción y violencia de la trata.
Hasta hace un año se habían registrado nueve condenas relacionadas con cinco causas. Las penas impuestas estaban entre los 6 y los 22 años de cárcel. Todas las víctimas estaban destinadas o se prostituían en clubs de alterne. Esto nos hace recordar que a efectos reales y prácticos (desde el propio cliente) es imposible discernir entre víctima o no de trata entre la mayoría de las mujeres.
Las organizaciones de lucha contra la trata enfatizan que la especialización de quienes se ocupan de este delito es imprescindible ya que las redes de trata y las investigaciones son muy complejas.
P. Por último, que mensaje ó frase te gustaría hacer llegar a las organizaciones empresariales que reciben nuestro boletín con relación a la ética y responsabilidad que deben asumir con relación a este tema.
R. La toma de conciencia de nuestras decisiones o de nuestras actividades es el primer paso para introducir pequeños cambios que tienen un impacto decisivo en la sociedad. Muchas veces no se trata de implementar grandes políticas, sino de revisar nuestras rutinas. Una empresa que apuesta por la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, ya está contribuyendo a eliminar muchas actitudes y comportamientos que acaban en la cadena de la trata para la explotación sexual de mujeres, niñas y niños.