La pandemia de la COVID-19 ha supuesto un doloroso recordatorio de nuestra vulnerabilidad e interdependencia. Nos ha mostrado que las fronteras no sirven para detener un virus que nos amenaza a todos por igual y que la única solución pasa por el cumplimiento de los derechos humanos en todo lugar, la solidaridad y el acceso universal a sistemas robustos de salud y protección social.
En este contexto, la cooperación al desarrollo tiene un papel clave como catalizador de respuestas globales, multisectoriales y dirigidas a quienes más lo necesitan, y como vía para canalizar la solidaridad de nuestra sociedad.
La #Agenda2030 se reafirma como la mejor hoja de ruta posible para la necesaria respuesta global económica, social y medioambiental para no dejar a nadie atrás. Resulta más imprescindible que nunca el compromiso de la comunidad internacional con la inversión en Ayuda Oficial al Desarrollo, para asegurar tanto la respuesta a la crisis actual como la continuidad de los procesos que estaban en marcha hacia el cumplimiento de los #ODS.
La presidenta de las mujeres vendedoras de comida rápida y otras mujeres que integran la asociación de mujeres en Pikine Oeste (Dakar – Senegal) nos cuentan su experiencia en primera persona.
Proyecto: Fortalecimiento de la participación económica y política de las mujeres en la zona periurbana de Dakar cofinanciado por la AECID. Contrapartes: Prosalus y Edna Graf Sahel