El proyecto cuenta con la financiación del Programa operativo FSE en Aragón 2014-2020 y el Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón.
“Hemos cumplido los objetivos principales que se pretendían conseguir con el programa pese al poco tiempo que teníamos para ello, la inserción de al menos una familia en el medio rural (¡hemos conseguido tres inserciones!) y la difusión del programa a lo largo de todo el territorio aragonés”.
Durante la ejecución del programa hemos seguido la metodología de trabajo que seguimos desde el Área de Desarrollo Rural de Fundación Cepaim pero lo más importante para nosotras es el entusiasmo con el que hemos trabajado por cumplir con el objetivo principal: la integración de familias migrantes en nuestros pueblos. El hecho de crear una red de apoyo y de colaboración entre diferentes agentes de empleo y desarrollo local, empresas y cooperativas, entidades sociales y servicios sociales comarcales no ha hecho más que reforzar la importancia de la implicación activa de profesionales de dichos ámbitos, así como de la ciudadanía en general hacia una sociedad más acogedora, más humana y más diversa.
Un ejemplo de cómo hemos “hilado” una de nuestras tres inserciones, un proceso artesano centrado en las personas que lo conforman:
“Gracias a la red que hemos tejido y después de un trabajo comprometido y riguroso hemos conseguido integrar a una familia siria beneficiaria de protección internacional (Accem) a través de una oferta de pastor que ofrecía otro pastor con una explotación ganadera cerca de Almudévar (Huesca).
Todo comenzó cuando contactamos con una cooperativa de pastores, en concreto con una mujer pastora a la que le dimos nuestro contacto en caso de que conociera a alguien que ofreciera una oferta de empleo. Días después, mientras nos trasladábamos a otra de nuestras visitas, dicho pastor nos llamó ofertando un empleo y una vivienda.
Después de hacer una primera entrevista con un usuario procedente de Mali, las dos partes no consiguieron un acuerdo en la retribución económica que satisficiera a las mismas y finalmente, el usuario concluyó que prefería mantener el empleo que tiene actualmente.
Cuando nos trasladamos por segunda vez, esta vez con el padre de la familia siria, las dos partes se entendieron perfectamente. Se encontraron por una parte la necesidad de la familia siria de conseguir su autonomía a la vez que se abría la posibilidad de volver al medio rural, entorno que conocían de sobra en su país de origen. Por otra parte, el pastor que ofrecía el trabajo vio en el participante una persona responsable y comprometida, la cual podía ocupar el rol que el tanto necesitaba para sus animales.
Así se concreta nuestro maravilloso trabajo con personas migrantes y personas que viven en pueblos de nuestra comunidad y como vamos a seguir haciéndolo con los diferentes programas que conforman el área de Desarrollo Rural de Fundación Cepaim.
EL PROGRAMA EN DATOS: