ENTREVISTAMOS A CONCHA ANTÓN RUBIO, PROFESORA DEL DPTO DE PISCOLOGÍA SOCIAL Y ANTROPOLOGÍA EN LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA, ESPECIALISTA EN TEMAS DE RESPONSABILIDAD SOCIAL Y GESTIÓN DE LA DIVERSIDAD.
Dentro de nuestro boletín número 20 tenemos esta interesante entrevista con Concha Antón Rubio, que nos cuenta su visión como experta en el ámbito de la gestión de la diversidad afectivo-sexual.
Dª. Concha Antón Rubio es Profesora del Departamento de Psicología Social y Antropología en la Universidad de Salamanca. Como investigadora, se ha especializado en temas de Responsabilidad Social Empresarial y Gestión de Diversidad. Ha participado en proyectos de igualdad de trato y no discriminación de minorías étnicas y culturales, funcionales, de género y por orientación e identidad sexual en las organizaciones. Destacan sus colaboraciones como experta en los proyectos europeos ESCI orientados a erradicación de los delitos de odio y orientados a las fuerzas y cuerpos de seguridad, liderados por el OBERAXE y SOS Racismo. Formó parte del I Congreso Nacional de Investigación de Empresas y Derechos Humanos y a través de ahí pudimos conocer el trabajo que se está realizando en torno al tratamiento de la diversidad afectivo-sexual en las empresas.
P. Hola Concha, gracias por aceptar esta entrevista, la cual será publicada en el Boletín Nº 20 del Área de Igualdad, Gestión de la Diversidad y No Discriminación, y que hemos querido dedicar en esta ocasión al I Congreso Nacional de Investigación sobre Empresas y Derechos Humanos, que tuvo lugar el pasado mes de Octubre en la ciudad de Murcia, y en el que participaste.
R. Gracias a vosotrxs, en primer lugar, por la invitación a participar en el Congreso, que creo que fue un éxito tanto por la calidad de las exposiciones que pudimos escuchar como por el número e interés de los asistentes que conseguisteis convocar. Y por supuesto, también agradezco la oportunidad de mantener esta entrevista ahora y compartir algunas reflexiones con quienes no pudieron asistir.
P. El placer fue nuestro Concha, y de todxs los que pudimos ver tu intervención. Ahora la primera pregunta ¿Son la identidad de género y la orientación sexual, los derechos menos entendidos?
P. ¿Qué acciones ha adelantado el Estado en la aplicación de los derechos LGTB? Y, qué otras acciones se deberían realizar para evitar la vulneración de estos derechos.
R. La aprobación de la Ley del matrimonio entre personas del mismo sexo en el 2005 sin duda fue un grandísimo logro para nuestra sociedad. Sin embargo, esta Ley generó la ilusión de que todo estaba ya conseguido. Garantizar la igualdad de trato en todas las esferas de la vida y luchar contra los delitos de odio cometidos contra las personas LGBTIQ+ requiere, sin embargo, acciones mucho más específicas que las leyes antidiscriminatorias con las que ya contamos.
Es necesario realizar esfuerzos específicos para la promoción de la igualdad en todos los ámbitos -administración, educación, salud, trabajo, ocio, etc.- a través de la sensibilización de toda la ciudadanía, la formación de los profesionales y el desarrollo de leyes que incluyan un régimen de infracciones y sanciones que penalicen la desigualdad.
En este sentido, las leyes aprobadas recientemente en las comunidades canaria -Ley 8/2014 de 28 de octubre- y andaluza -Ley 2/2014 de 18 de julio-, relativas a la identidad de género, y la Ley 11/2014 de 10 de octubre, aprobada en Cataluña -que abarca orientación sexual, identidad de género y expresión de género- son referentes que deberían tener un equivalente, tal y como demandan las asociaciones LGBTIQ+ y algunas formaciones políticas, a nivel estatal.
P. Nueve países siguen castigando la homosexualidad con la pena de muerte, algo que, ya por sí mismo, constituye una violación de los derechos humanos. A escala mundial, ¿Dónde situaría a España tratando el tema de respeto y responsabilidad de los derechos LGTB?
R. Sin duda, mirar hacia España en el mapa del odio contra las personas LGBTIQ+ es encontrar un oasis de derechos y respeto, a pesar de todas las deficiencias que comentaba anteriormente y que afectan, especialmente, a las personas con género variante.
No es extraño, por tanto, que sean muchas las personas que ansíen encontrar refugio en España y sobrevivir a la persecución que sufren en sus países. La manifestación que con motivo del Día del Orgullo LGBT se celebró en Madrid, este año, fue encabezada por el lema "Nos manifestamos por los que no pueden", reflejando una lucha transfronteriza por los derechos de la población LGBT, pero reclamando un mayor compromiso de las autoridades españolas.
Hay que destacar que la Comisión Española de Ayuda al Refugiado viene denunciando su preocupación por los criterios de elegibilidad utilizados a la hora de valorar las solicitudes de protección internacional de las personas LGBT y el escaso número de resoluciones favorables.
P. ¿Cuáles son los retos que afrontáis de cara a la protección, respeto y gestión a la diversidad?
R. A pesar de los avances que hemos comentado las amenazas sobre los logros conseguidos en los ámbitos estatal, y de las comunidades autónomas no cesa, y sería un error considerarlos inamovibles.
Por otra parte, el papel de la presión social y de las asociaciones LGBTIQ+ es esencial en la promoción de reformas y usos que garanticen el respeto a la diversidad. No sólo es necesario sensibilizar al conjunto de la población, sino que también debemos concienciar a todas las personas LGBTIQ+ de la necesidad de defender los logros alcanzados y reivindicar los que nos quedan por conseguir.
Personalmente, si tuviese que escoger campos de acción específicos, seleccionaría la escuela, las fuerzas y cuerpos de seguridad y el mercado de trabajo como ámbitos de actuación prioritarios.
P. El ámbito laboral cuenta con una normativa europea más precisa contra la discriminación por orientación sexual. Con los datos en la mano, parece que el conocimiento o la efectividad de esta directiva no es muy elevado en España, encontramos un desfase entre igualdad legal e igualdad real. ¿Qué medidas debería ejercer el Estado para garantizar su deber de proteger los Derechos Humanos?
Una ley integral debería dar cabida, entre otras, a estas demandas.
P. En un seminario al que asistí ayer, un letrado exponía que legislar es un proceso muy lento. Cuando se detectan problemas salen directivas europeas, después un periodo largo para que los Estados las adapten a sus territorios, y con este largo periodo el resultado es que las leyes no se ajustan a la realidad del momento.
¿Qué deberíamos hacer la ciudadanía y el estado para que las leyes sean más coherentes con nuestros días a la hora de garantizar los derechos humanos emergentes en el ámbito social y empresarial?
¿No deberíamos garantizar asignaturas obligatorias sobre la gestión de la diversidad y los derechos humanos emergentes en los centros educativos y en las universidades?
R. Sin duda, ni siquiera la existencia de la mejor de las leyes garantizaría por sí sola el respeto a la igualdad de trato, si no se consigue un cambio en las actitudes de la ciudadanía y en la cultura de las organizaciones.
La formación es una herramienta muy eficaz y necesaria, aunque no suficiente, para romper los estereotipos y luchar contra la homofobia, bifobia y transfobia en la sociedad. Las escuelas y universidades deberían convertirse en agentes de socialización en favor de los derechos humanos, pero no sólo a través de asignaturas específicas y obligatorias, sino asegurando que estos contenidos estén presentes en todas las asignaturas en las que son materia relevante.
En este sentido el número de disciplinas en las que tienen cabida potencial es muy amplio. Yo enseño gestión de diversidad en la Escuela Nacional de Policía a los futuros inspectores de policía que se preparan para la dirección de grupos de trabajo, pero también a mis alumnas y alumnos universitarios que cursan inserción laboral y comportamiento directivo, e incluyo temas sobre delitos de odio en las asignaturas de criminología que imparto.
En definitiva, la presencia de formación en derechos humanos debería estar presente en todas las titulaciones posibles, a través de asignaturas específicas y obligatorias, seminarios y cursos extraordinarios y, de forma transversal, en una diversidad de disciplinas.