En esta jornada se desarrolló a través de dos mesas redondas, en la que participaron administraciones públicas y organizaciones sociales, un trabajo de reflexión y diálogo en torno a dos cuestiones ¿Cuál o cuáles son los problemas más importantes de los pueblos pequeños? y ¿Cuál o cuáles pueden ser sus soluciones?.
Como problemas más importantes se identificaron: los procesos de despoblación, el déficit de servicios públicos e infraestructuras y el decrecimiento de la actividad productiva con el consiguiente descenso de oportunidades de empleo.
En relación a posibles soluciones, se hicieron propuestas muy interesantes como la posibilidad de diversificar la actividad productiva y económica en relación al patrimonio material e inmaterial de los pueblos rurales: el cultivo, la manufactura y comercialización de productos agroecológicos, el patrimonio natural y cultural, la calidad ambiental y la calidad de vida. Para ello se han de repensar las relaciones existentes entre campo y ciudad, “lo que se produce en el campo se consume en la ciudad” y establecer unas relaciones más equilibradas y equitativas.