La idea surge del deseo de organizar un taller donde los usuarios puedan trabajar varias perspectivas; la terapéutica y la laboral, y que además mejore el entorno donde vivimos. A esta actividad se sumaron más de 20 personas, que tuvieron la oportunidad de plantar hibiscos, jazmineros, incienso, geranios, cactus y diferentes plantas de corte carnoso.
La jardinería cuenta con una serie de características propias que la hacen altamente recomendables: contacto con la naturaleza, ejercicio físico, equilibrado y adaptado a la edad de cada jardinero, obligaciones puntuales, ideales para adquirir rutinas de orden, fomenta la concentración y el uso de todos los sentidos, estimula la mente y la creatividad, facilita el sentimiento de satisfacción y potencia la capacidad de resolución de problemas no convencionales.
Y si nos referimos a una perspectiva laboral, nos encontramos con un entorno que nos presenta multitud de alternativas de inserción en el mundo agroalimentario; sector predominante en nuestra provincia. El mundo de la jardinería, la repoblación forestal autóctona y la horticultura, cada vez más extendida en las zonas agrícolas de nuestro alrededor, son ejemplos de empleos a los que nuestros beneficiarios podrán optar. Así mismo, fomenta la conciencia social para un desarrollo sostenible de nuestro pueblo.
Una vez creado nuestro espacio, comprobamos que hay un ambiente distinto en el centro, más animado y lleno de colorido que a todo el mundo gusta.
Con esta actividad que esperamos se siga repitiendo tanto las personas que participaron como el equipo de Fundación Cepaim en Níjar ha conseguido, además de embellecer el entorno, ilusionar y “crear ambiente” en el Centro de Día.