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Realidades un año después de la reforma del reglamento de extranjería

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En octubre de 2021, muchos jóvenes y profesionales que trabajan codo con codo con niños, niñas y adolescentes extranjeros se levantaron con una gran noticia, la entrada en vigor de la reforma del reglamento de extranjería. Fue el Real Decreto 903/2021, de 19 de octubre, por el que se reformó el reglamento 557/2011 de la ley de extranjería en relación al régimen jurídico de menores extranjeros y jóvenes ex tutelados.

El cambio normativo, impulsado por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, marcó el objetivo de reducir la vulnerabilidad de muchas personas, evitando que los y las menores extranjeros no acompañados lleguen indocumentados a la mayoría de edad, así como reducir los requisitos burocráticos y económicos exigidos a la hora de renovar la residencia lucrativa.

La anterior normativa provocaba que muchos menores cayeran en un proceso de irregularidad sobrevenida, difícil de superar. Al cumplir los 18 años se encontraban en un circulo difícil de salir: no podían renovar su residencia si no se acreditaban medios de vida propios, y como no tenían opción a trabajar, pues no podían tener medios de vida propios.

Los cambios que se produjeron se pueden observar en la infografía realizada por FEPA, Federación de la que CONVIVE Fundación Cepaim es miembro.

En el centro de Fundación Cepaim en Zaragoza, más concretamente en el programa del 17+, programa de atención integral a menores en tránsito a la vida independiente, la modificación fue vivida con ilusión y esperanza. Los participantes vieron agilizados los tramites en la actualización de los permisos de residencia y trabajo, y pudieron, al fin, comenzar su andadura en el mundo laboral.

El programa 17+ de Cepaim, financiado por el gobierno de Aragón, tiene un total de ocho plazas ocupadas por jóvenes quienes, siendo menores de edad, iniciaron un proceso migratorio en busca de una calidad de vida que en su lugar de nacimiento les iba a ser muy difícil conseguir.

La historia de nuestros chicos comenzó en su país de origen, donde veían que podían avanzar tanto como las condiciones del país les permitían; es decir, sus objetivos laborales estaban desprovistos de un matiz de crecimiento, y la sensación que les inundaba era de incapacidad por hacer sus sueños realidad.

Deciden entonces emprender un viaje hacia Europa, con una idea de Europa idealizada, sesgada por lo que refieren otros chicos de sus mismos pueblos/ciudades, primos y/o amigos; quienes cuentan de una forma idílica su proceso migratorio, evitando en la mayoría de ocasiones las partes menos bonitas con el fin de no asustar a sus familiares y no causar mella emocional en ellos. Son muchos kilómetros los que los separan y solo desean no preocupar a su familia y que ésta vea lo felices que están, aunque esto se aleje de la realidad vivida.

Los participantes del programa 17 +, son jóvenes con grandes esperanzas, las cuales vieron truncadas desde un momento inicial, cuando vieron que sus expectativas y aquello que les contaban no era real, pero tras un periodo de adaptación han ido aprendiendo a solventar las vicisitudes de un proceso migratorio; el cual si ya es duro, imagínenselo para ser afrontado desde la minoría de edad.

Los deseos de trabajar aparecieron desde los primeros días de llegada, pero el equipo educativo, logró hacer entender la importancia de formarse y aprender un oficio. Con tesón, paciencia y trabajo fueron consiguiendo pequeños objetivos a corto plazo. Aprendieron de forma rápida el idioma, elemento imprescindible para su desarrollo; y con el paso del tiempo han conseguido tener una vida lo más semejante posible a la de un joven de su edad, conociendo la ciudad y el país que les acogió, sus costumbres; haciendo amigos y disfrutando del tiempo libre, la mayoría jugando al futbol en equipos locales y acudiendo a diversas formaciones.

Si bien es cierto que el camino no ha sido fácil y han tenido altibajos, momentos de esperanza e ilusión y momentos de frustración y desánimo. La legislación en materia de extranjería, como hemos señalado al principio, les limitaba el acceso al mundo laboral y la reforma arrojó luz a su camino viendo una salida al bucle en el que se sentían atrapados sin esperanza; y un año después hemos querido hacer balance sobre los cambios y las nuevas inquietudes que fructificaron de esta nueva realidad.

Adil, Bilal, Fayssal, Imad, Nossair, Youssef, son los nombres de los chicos que han conseguido empezar su andadura en el mundo laboral. Algunos están trabajando en el primer sitio que les emplearon tras acabar el periodo de prácticas de los cursos de formación y otros han ido cambiando de puesto de trabajo, sin lograr todavía una estabilidad; la realidad es diferente en cada caso, pero lo que es común a todos ellos, es la sensación de culminación de sus deseos desde que salieron de su país: un puesto de trabajo.

En resumen, conseguir un trabajo se establece como el objetivo a alcanzar, relacionado no solo a nivel profesional, sino con el desarrollo como persona, ligado a los objetivos de emancipación e independencia; sabiendo que, sin este paso, sería imposible conseguir una emancipación real con garantías de un futuro estable y por ello, afirmamos que la reforma ha sido la llave necesaria para empezar a abrir las puertas del mundo laboral. Camino por el que CONVIVE Fundación Cepaim les ayudará a transitar.

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